martes, 18 de octubre de 2016

Abogado del diablo

Creo que la causa merece.que haya un abogado del diablo.

Habiendo investigado un poco, como pide el reto,veo que son muchos los estudios que demuestran que la gamificación, en cualquier ámbito, mejora la motivación. Seguramente la adrenalina tiene algo que ver con el asunto, por aquello de la competencia.

Aceptando este punto, toca preguntarse  si esa mayor  motivación implica automáticamente un mejor aprendizaje, que es de lo que se trata. Yo creo que puede que esa relación no depende tanto del itinerario como de los contenidos o retos que se pidan en el mismo. Puede que se demanden tareas propias de su hemisferio más débil, puede que los contenidos no impliquen una relación con la realidad que conoce el alumnado, puede que el reto que se pide no suponga reflexión, etc . En estas condiciones podría haber un producto aparentemente bueno, pero igual no se han producido las conexiones neuronales que le supongan haber cogido realmente los conceptos y sus relaciones.

Por otro lado, también me planteo el hecho de que haya alumnos, todos los tenemos, que por el hecho de estar recibiendo información, aunque sea con la metodología tradicional, ellos se sienten gamificados, disfrutan porque son curiosos. Me recuerda esta situación a la del niño que se come la papilla en un momento y sin perder la sonrisa, mientras que  otro, sin hambre, hay que hacerles el avión, con o sin ruidito, para que no muera por malnutrición (la diferencia con la educación es que la nutrición es automática, y por lo tanto habrá asimilación). ¿Por qué cada vez hay más alumnos y alumnas sin apetito?, ¿será que han comido algo entre horas (demasiados estímulos)?,

Puede que haya una réplica en relación con la receta de la papilla, en ese caso, leer el segundo párrafo.

Conste que me encanta la idea de gamificar el aula.




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